Tenerife ofrece a los amantes del submarinismo inmejorables condiciones para la práctica del mismo, como nadar entre un cardumen de brillantes peces o alimentar a grandes rayas, o bucear entre los restos de viejas embarcaciones que antiguamente cumplían una función muy distinta a la actual, como la de servir de hogar a las diferentes especies marinas que viven en nuestros mares.
En Tenerife se localizan unos treinta puntos de inmersión repartidos por toda la costa, donde es posible descubrir una interesante flora y fauna marinas, así como restos de barcos hundidos, tal y como mencionábamos anteriormente. Los mejores sitios para bucear son, entre otros, Las Galletas, Playa Paraíso y la Punta de la Rasca al Sur, así como Garachico, Puerto de la Cruz o la Punta de Teno al Norte, lugares en los que pueden disfrutar desde expertos buceadores hasta los más novatos, siempre teniendo el cuidado requerido y actuar con responsabilidad
Los peces más frecuentes en fondos rocosos son el mero, el abade, la vieja, salemas, sargos, congrios, morenas, cabrillas, catalufas, rascacios, alfonsiños y chernes. En fondos de arena y piedra aparecen samas y pargos, bocinegros, brecas y besugos, chopas y corvinas, mientras que en los fondos de fango y arena se encuentran salmonetes, chuchos, angelotes, cazones y la merluza canaria.
En el litoral tinerfeño se conservan ecosistemas marinos con un alto número de endemismos. Destaca la presencia de especies de tortugas de interés, como la tortuga boba, y de una colonia permanente de calderones tropicales o ballenas piloto frente a las costas del Sur, avistándose también con frecuencia el delfín mular. Estas dos especies de cetáceos viven de forma permanente en el canal entre Tenerife y La Gomera.
Si aún no tienes la titulación requerida para la práctica del submarinismo, en la isla existen diversos clubes en los que poder realizar los cursos correspondientes para obtener dichos títulos y cumplir así con la normativa.
Siempre hay que reiterar que esta práctica siempre debe ir acompañada por la responsabilidad del que la practica y por el respeto por el medio en dónde la desarrolla, por lo que nunca debemos molestar a la fauna y no arrojar basuras al mar.