Este deporte  náutico consiste en completar un recorrido en el menor tiempo posible, desplazándose sobre el agua en embarcaciones impulsadas únicamente por la fuerza del viento sobre sus velas: los veleros, capaces de alcanzar grandes velocidades.

La navegación a vela, como deporte, puede ser de recreo o de competición. Existen tres modalidades principales de competiciones de vela: triángulos olímpicos, regatas y regatas oceánicas. Los regatistas, que se enfrentan a condiciones meteorológicas cambiantes, deben planificar estrategias para adelantar a los demás competidores. Dependiendo de la dirección del viento emplean tácticas distintas.

Hay veleros de muchos tipos, y el tamaño, la forma y el peso de la vela influyen en su rendimiento. Algunos están diseñados para alcanzar grandes velocidades y cambiar de rumbo rápidamente en las regatas cortas; otros, para soportar cruceros oceánicos largos y arduos.

Los buenos navegantes conocen el funcionamiento de sus barcos hasta el último detalle. Rectificar el rumbo de un barco rápidamente o cambiar las velas requiere una gran habilidad, tanto si se navega en solitario como si se navega con una tripulación.