El objetivo principal de una Escuela de vela es acercar a los más jóvenes al deporte de la vela. Formar futuras generaciones de navegantes.

En Radazul, una temperatura media de 20ºC permite navegar todo el año. Así que se imparten de manera simultánea cursos de iniciación y perfeccionamiento. El primer paso es la iniciación en Raquero, que es una embarcación colectiva para 6 alumnos y un monitor. Una vez superado este primer curso, los alumnos, dependiendo de la edad y las condiciones físicas pueden pasar a Optimist o Laser. Ambas embarcaciones individuales donde el alumno desarrollará su técnica y una mágica conexión con el viento y el mar.

La vela no es solo el conjunto de técnicas y conocimientos que nos permite navegar.  También una magnífica escuela de vida. La vela permite cultivar facetas de la personalidad tales como la generosidad y la solidaridad, nos hace más atentos y concentrados, y por supuesto más amigables. Despierta nuestra sensibilidad y afianza nuestra responsabilidad. Nos permite vivirla con una ilusión incomparable y una pasión que nunca se agota.

Pero sin una base de conocimientos clara y completa no es posible adquirir el criterio y la confianza necesarios para navegar con seguridad. Esta viene sin duda determinada por la confianza. Y es aquí donde quizá el aprendizaje de la vela hace su principal aportación a la educación de los niños. La seguridad no llega hasta que los jóvenes regatistas no desarrollan confianza en sí mismos, afianzando así un sesgo que les acompañará por vida.

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